Las áreas prioritarias son los sitios en los que se enfocan los esfuerzos para generar la mayor cantidad de beneficios de tipo ambiental y social, optimizando así los recursos económicos y humanos en pro de una conservación eficaz. Ésta priorización es una herramienta valiosa si se tiene como objetivo el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, sobre todo en la faja petrolífera del Orinoco, donde existe una alta biodiversidad y la fuente de reserva más grande de hidrocarburos pesados y extrapesados del mundo.
Teniendo como meta la conservación de la biodiversidad y la preservación de los servicios ambientales en la FPO, en el 2013 se realizó un estudio de planificación ecorregional liderado por Total y The Nature Conservacy, junto a expertos de las mejores instituciones de investigación a nivel nacional. A través de este proyecto se definieron áreas prioritarias, las cuales ocupan el 35% de la totalidad de la faja; encontrándose ubicadas aguas abajo de las zonas de producción, y se clasificaron en áreas para la conservación o manejo de la biodiversidad, de acuerdo a su grado de intervención, criterios ecológicos y viabilidad tanto económica como social.
Las 164 UHA con mayor nivel (1er) de prioridad de conservación, ocupan aproximadamente 4.052 km2 y están caracterizadas por poseer la mejor condición ecológica y la menor amenaza, lo que permite la conectividad lateral y longitudinal de los ecosistemas, puesto que están también asociadas a ejes de drenaje de órdenes superiores a 5. Además, son hábitat potencial de especies y ecosistemas prioritarios.
Estas áreas, conformadas por corredores discontinuos (como se puede observar en el mapa), están asociadas principalmente al plano de inundación del río Orinoco, caracterizado por la presencia de ecosistemas predominantemente leñosos e inundables periódicamente de aguas turbias. Los ríos Apure y Guariquito, aunque menos extensos, presentan mejor conectividad y están conformados mayormente por ecosistemas periódicamente inundables graminoides de aguas turbias. Esta UHA con el primer nivel de prioridad, debe estar sujeta a estrategias y políticas que garanticen su conservación e integridad ecológica.
En el segundo nivel de prioridad para la conservación se identificaron 328 UHA, que ocupan una extensión de 7.264 km2, las cuales poseen la mejor condición ecológica y la menor amenaza, garantizando de esta forma la conectividad lateral de los ecosistemas y, además, constituyéndose en hábitat potencial de especies y ecosistemas prioritarios.
Estas áreas se encuentran principalmente asociadas al delta interior del río Orinoco, integrado por ecosistemas periódicamente inundables graminoides de aguas turbias. Hay que tomar en cuenta que parte de esta área ya se encuentra resguardada por una figura de protección, como lo es el Refugio de Fauna Silvestre esteros de Camaguán.
En menor medida, estas UHA también se encuentran asociadas a los planos de inundación del Orinoco, conformados predominantemente por ecosistemas leñosos de aguas turbias, periódicamente inundables. También deben estar sujetos a estrategias y políticas que garanticen su conservación e integridad ecológica.
Por último, el tercer nivel de prioridad de conservación, se encuentra un total de 128 UHA, que ocupan 2.947 km2. protegida Son el hábitat potencial de especies y ecosistemas prioritarios, asociadas a los ejes de drenaje que garantizan la continuidad longitudinal de los ecosistemas, poseen grados de amenazas importantes y son las que se encuentran interrumpiendo la continuidad longitudinal de las UHA de primer nivel de prioridad.
Estas se encuentran principalmente asociadas a actividades antrópicas como centros poblados emplazados en el plano de inundación del río Orinoco (Cabruta, Las Bonitas, Mapire, Santa Cruz del Orinoco, Soledad, Carapa, Barrancas y Tucupita).
En cuarto nivel de prioridad de conservación se seleccionaron 4.214 UHA, que representan 4.991 km2; éstas fueron seleccionadas por ser hábitat potencial de especies y ecosistemas prioritarios; además poseen grados importantes de amenazas que interfieren la continuidad lateral de las UHA. Por otro lado, están asociadas principalmente al establecimiento de obras ingenieriles actuales y futuras, como corredores de servicios relacionados con las actividades petroleras, de transmisión eléctrica y obras de vialidad como es el caso de la carretera San Fernando-Tucupita.
Otras 315 UHA están en el quinto nivel de prioridad de conservación, asociadas a los ejes de drenaje que garantizan la continuidad longitudinal de los ecosistemas, con una superficie de 7.493. Estas, si se quiere, son las UHA más heterogéneas, puesto que en ellas está representado un conjunto de ecosistemas acuáticos fluviales diferentes y sometido a grandes presiones antrópicas relacionadas principalmente a la actividad forestal y petrolera. Se describen a continuación desde el oriente al occidente del área de estudio:
Las UHA relacionadas a los ríos Morichal Largo, Tigre, Yabo, Caris, Limo y Cicapro están caracterizadas por ecosistemas fluviales de aguas negras con alta predominancia de palmares de pantano y bosques ribereños siempreverdes bien drenados.
Seguido de lo anterior, las UHA asociadas a los ríos Pao y Cabrutica se caracterizan por ecosistemas fluviales de aguas turbias con alta predominancia de bosques ribereños siempreverdes bien drenados.
En los llanos centrales y centro orientales se encuentran las UHA asociadas a los ríos Zuata, Manapire, Guárico y Orituco, que se caracterizan por ecosistemas fluviales de aguas claras con alta predominancia de bosques ribereños siempreverdes bien drenados.
Cada uno de estos ecosistemas posee diferentes atributos en cuanto a la calidad y características de sus aguas, así como la diversidad y riqueza de especies animales y vegetales, por lo que deben ser tratados tomando en cuenta sus particularidades.
Finalmente y con el sexto nivel de prioridad, se encuentran las UHA contenidas dentro de las UHA ya seleccionadas como APPC, con un área de 1.890 km2 y un total de 102 unidades. Se observan dos grandes conglomerados de UHA, asociados a ecosistemas de sabana distrófica, la primera en la planicie de mesa, entre los ríos Tigre y Chive y la segunda en la cuenca media del río Aguaro.
Existe un exiguo sistema de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), que debe ser el punto de partida de un nuevo plan para la protección de los ecosistemas terrestres y acuáticos en la FPO.
Las ABRAE tienen diversos objetivos, algunas de ellas han sido delimitadas con la intención de proteger la naturaleza, como es el caso de los parques nacionales, monumentos naturales, reservas, refugios y santuarios de fauna silvestre, en donde se busca controlar y disminuir el impacto de las actividades antrópicas, así como resguardar el capital natural de la nación y asegurar a largo plazo los servicios ambientales.
Otras ABRAE como las áreas boscosas, área crítica con prioridad de tratamiento y área de protección de obras públicas no tienen objetivos explícitos de protección de la naturaleza, pero de forma indirecta pueden contribuir con este objetivo, pues de cumplirse el ordenamiento y planificación el impacto de nuestras actividades se contiene y pueden aplicarse correctivos.
Siendo la FPO un área biodiversa, la planificación y ordenamiento de áreas naturales protegidas es una prioridad, pudiendo ser éstas manejadas por el Estado, las empresas y/o las comunidades, mientras se promueva la buena gobernanza y se procuren las mejores prácticas de conservación y manejo.
Las áreas prioritarias para la conservación no son un obstáculo para el desarrollo del proyecto petrolero y pudiera ser un complemento que tienda al desarrollo sostenible de la FPO.
Al comparar el área del Proyecto Petrolero contemplado para la Faja en el Plan de la Nación 2013-2019 con el portafolio de áreas prioritarias de conservación propuesto, sólo se encuentra solapadas el 12.56% de la APPC asociadas a la estrategia de conservación y un 54.32 % a la estrategia de manejo que pudieran estar compartiendo los usos industriales con ecosistemas presentes como son los bosques ribereños de los ríos Zuata, Pao, Caris y Tigre, entre otros.
Este portafolio ofrece oportunidades y desafíos, relacionadas con la implantación de acciones para la conservación y manejo ambiental, lo que genera ventajas competitivas con beneficios estratégicos, como: mantener el acceso a áreas con potenciales recursos para el desarrollo de negocios, buenas prácticas en gestión ambiental, estímulo a mejores relaciones con grupos locales e internacionales interesados en la conservación de la biodiversidad.